Claves y consejos de cómo se hacen las croquetas de jamón

Hacer unas croquetas caseras de jamón no es fácil. Pero el objetivo de este artículo es ayudarte a conseguirlo, aunque eso suponga que tengas que realizar la receta en varias ocasiones hasta conseguir los objetivos marcados.

Lo importante es que una vez que aprendemos a hacer las croquetas perfectas, nos damos cuenta de que su sabor y su poder nutritivo es mucho más elevado que el de las congeladas. No importa si nos cuesta más o menos, lo importante es aprender. Una vez que aprendemos podremos disfrutar de este rico plato y no volveremos a acudir a las congeladas.

Conseguir masa para croquetas perfecta

Una de las principales claves para conseguir que los resultados sean óptimos es conseguir que la masa sea perfecta. Cuando hablamos de masa, realmente nos referimos a una salsa bechamel espesa. Si no conseguimos que la masa esté en su punto, entonces podemos tener la certeza de que la croqueta no nos quedará todo lo bien que buscamos. Realmente es el punto más complicado. Cuando hacemos el punto exacto, las croquetas nos resultarán mucho más sencillas de elaborar.

Para conseguir que la bechamel sea perfecta tendremos que usar la misma cantidad de mantequilla y de harina. Hay personas que optan por sustituir la mantequilla por aceite. Para que te hagas a la idea, necesitarás de 120 a 150 gramos por cada litro de leche. Si te gustan las croquetas cremosas, apuesta por los 120g por cada litro de leche. En el caso de que te gusten más compactas, entonces opta por los 150g. En el caso de hacer croquetas con ingredientes que sueltan grasa como el jamón, entonces reduciremos unos 10 o 20 gramos para obtener los resultados esperados.

Cuando tenemos la bechamel es el momento de comenzar con el relleno. No hay nada fijo porque realmente todo va ligado a los gustos de la persona que las está elaborando. En mi opinión, para conseguir un relleno acorde con la densidad de la bechamel, lo que suelo hacer es añadir unos 120g de jamón por cada litro de leche. Es la medida que hace que las croquetas queden equilibradas en mi opinión. Además, no te recomiendo añadir cebolla a la mezcla a no ser que optes por incluir un relleno que tenga poco sabor y no realce a la croqueta. En el resto de los casos la cebolla no te la recomiendo.

Forma y rebozado de la croqueta

Cuando tenemos lo complicado listo es el momento de darle forma para que visualmente queden bonitas y así llamen más la atención. Una croqueta rica, pero sin una buena forma no suele gustar demasiado. Para conseguir darle forma con más facilidad, te recomiendo optar por comprar una buena croquetera. En https://tugaveta.com/la-croquetera podrás ver una amplia variedad de modelos. Esa herramienta te será de gran ayuda a la hora de conseguir la forma perfecta.

Con el objetivo de que la croqueta no se abra a la hora de freírla, es fundamental que la rebocemos correctamente. Tranquilo, a todos los cocineros les ha pasado en más de una ocasión que la croqueta se le abre por un mal reforzado. Cuando cojas experiencia será más difícil que te pase, pero nunca puedes estar 100% seguro. Y para hacerlo bien te invito a tener en cuenta estos consejos:

  • Forma: puedes darle forma redonda o alargada, siendo esta última las más tradicional. Con una croquetera esa operación te será más fácil, pero también puedes usar de la ayuda de un par de cucharas o incluso hacerlas a mano. En este último caso siempre tenemos que tener las manos limpias. Lo importante es intentar hacerlas lo más parecidas posible. Aunque siempre tenemos que ir con la idea de que la forma no siempre será igual. Es algo que hace que una croqueta sea casera y no industrial.
  • Rebozado: para que al comerla esté rica, es fundamental que el rebozado sea uniforme y al poder ser tenga tres capas. Una capa tiene que ser pan rallado fino o harina, un baño de huevo batido y finalmente una capa final de pan rallado. Puede ser fino o grueso, eso ya depende de los gustos de la persona que las esté elaborando. Si usas pan grueso, lo más seguro es que el crujiente sea más agradable. Otro truco es batir muy bien el huevo para evitar grumos que luego puedan ser molestos al comer.
  • Tamaño: hay personas a las cuales les gustan las croquetas grandes, pero lo más recomendable es que no sean demasiado grandes. Si las vas a congelar para tener croquetas caseras para futuras ocasiones, es fundamental que su tamaño no sea superior a los 2cm. Eso hará que las podamos sacar del congelador y freírlas sin problemas y sin descongelación previa.

Cómo freír las croquetas

Para conseguir que sean más crujientes, te recomiendo meterlas en la nevera un cuarto de hora una vez que las hemos realizado. Pasado ese tiempo ponemos aceite para freír y comenzamos a freírlas. Si usas aceite de oliva el sabor será superior que con aceite de girasol. Para obtener resultados perfectos, se recomienda que la temperatura sea de 175 grados. Si las freímos en una sartén es un poco más complicado de controlar esa temperatura. Puedes ayudarte de un termómetro, pero con el paso del tiempo sabrás calcularla a ojo.

Con el objetivo de evitar que la temperatura baje de golpe, se recomienda poner pocas croquetas con cada tirada. Eso hará que el tiempo de preparación sea superior, pero a cambio los resultados serán más profesionales. Hay que freilas hasta que estén doradas. Las ponemos sobre papel absorben y ya están listas para degustar.